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Ejercicios de estiramiento en la rehabilitación de quemaduras: Siete recomendaciones para garantizar su seguridad y efectividad

Vita Yu-Hsien TU, Terapeuta Ocupacional y Gerente de Proyectos

Sunshine Social Welfare Foundation

 
Ejercicios de estiramiento en la rehabilitación de quemaduras

Los ejercicios de estiramiento desempeñan un papel fundamental en la rehabilitación de las quemaduras, ya que se centran principalmente en el estiramiento del tejido cicatricial y la mejora de la movilidad de las articulaciones para mejorar el movimiento y el rendimiento funcional. Estos ejercicios son fundamentales para prevenir las contracturas y optimizar los resultados de la recuperación, lo que los convierte en una herramienta indispensable para los terapeutas que trabajan con pacientes quemados. En publicaciones y videos anteriores, compartimos ejemplos de técnicas que utilizan vendajes elásticos y cuñas triangulares para estirar eficazmente las cicatrices dorsales de la mano. También analizamos la importancia de evaluar las contraindicaciones antes de iniciar los ejercicios de estiramiento.

 

Este artículo se basará en esos conceptos básicos y ofrecerles a los terapeutas siete recomendaciones prácticas para garantizar que los ejercicios de estiramiento en la rehabilitación de quemaduras sean realizados de forma segura y eficaz en un entorno clínico.



Al comprender y aplicar estos principios, los terapeutas podrán mejorar la comodidad del paciente, minimizar los riesgos y lograr mejores resultados funcionales. 


Siete recommendaciones para ejercicios de estiramiento en la rehabilitación de quemaduras

Al realizar los ejercicios de estiramiento se deben tener en cuenta los siguientes puntos:

 

1.   Comenzar con baja intensidad

La intensidad de un estiramiento se determina por la carga de tracción aplicada a los tejidos blandos para alargarlos. Esto se puede evaluar de forma subjetiva en función de la sensación del paciente o de forma objetiva midiendo la resistencia pasiva de los tejidos durante el movimiento de la articulación. Tanto los médicos como los investigadores generalmente están de acuerdo en que es preferible realizar estiramientos de baja intensidad, realizados con una carga baja.

 

El estiramiento de baja intensidad ofrece mayor comodidad y tolerancia para los pacientes. Al reducir la probabilidad de protección muscular voluntaria o involuntaria, permite que los pacientes permanezcan relajados o que participen activamente durante el proceso de estiramiento. También, las técnicas de baja intensidad minimizan el riesgo de daño tisular y dolor posterior al ejercicio que suele asociarse con los estiramientos de alta intensidad.

 

2.   Establezca una duración segura del estiramiento

En función de la situación del paciente, el terapeuta debe elegir una duración de estiramiento que sea segura, eficaz, práctica y eficiente. La duración se refiere al tiempo en que se aplica la fuerza de estiramiento y se mantienen los tejidos en la posición alargada. Si se realizan varios ciclos de estiramiento en una sesión, el tiempo acumulado se considera el tiempo total de elongación.

 

La intensidad del estiramiento afecta su duración. Los estiramientos de alta intensidad pueden causar un malestar significativo, lo que reduce la cantidad de tiempo que el paciente puede tolerar el estiramiento. Por eso se prioriza un “estiramiento prolongado con poca carga”.

 

3.   Muévase lenta y gradualmente

La activación muscular se refiere a la contracción involuntaria de los músculos durante el estiramiento, que puede ocurrir como una respuesta protectora para evitar la percepción de un estiramiento excesivo. Esta reacción, a menudo vinculada al reflejo de estiramiento, puede obstaculizar la eficacia del estiramiento y aumentar el malestar del paciente.

 

Para reducir la activación muscular, así como el riesgo de lesión tisular y dolor post-estiramiento, el estiramiento debe realizarse de manera lenta y controlada. El estiramiento gradual minimiza la tensión que se ejerce sobre los tejidos conectivos. Este método también mejora las propiedades viscoelásticas de los tejidos, mejorando su flexibilidad con el tiempo. Además, un enfoque de baja velocidad es más fácil de manejar tanto para el terapeuta como para el paciente, lo que proporciona una experiencia más segura y cómoda.

 

4.   Adaptar la intensidad a la tolerancia del paciente

Los ejercicios de estiramiento deben personalizarse para que coincidan con los niveles de tolerancia individuales del paciente y así garantizar que pueda mantener el estiramiento durante el tiempo necesario. En lugar de centrarse en lograr un rango de movimiento de estiramiento ideal, la prioridad debe ser establecer objetivos realistas que equilibren la intensidad y la duración del estiramiento para maximizar la eficacia. Este enfoque centrado en el paciente permite una progresión gradual al tiempo que minimiza las molestias y el riesgo de efectos adversos.

 

5.   Asegúrese de tener una postura correcta

Los terapeutas deben controlar la postura del paciente durante el estiramiento para evitar movimientos compensatorios. Los movimientos compensatorios reducen la eficacia del estiramiento y, si persisten, pueden dar lugar a patrones habituales de movimiento incorrectos. Por ejemplo, durante el estiramiento de flexión del hombro, los pacientes pueden inclinarse hacia atrás como compensación; al estirar las articulaciones de los dedos, puede producirse un movimiento compensatorio de flexión de la muñeca. Estas compensaciones suelen indicar un dolor excesivo o que el estiramiento ha superado el rango de movimiento de la articulación. Puede ser necesario realizar ajustes en la intensidad o el rango de movimiento objetivo.

 

6.   Asegúrese de realizar un seguimiento

La intensidad y la duración del estiramiento deben ajustarse en función de las mejoras en la movilidad articular, lo que requiere evaluaciones periódicas. Es posible que las reacciones anormales, como dolor articular o muscular, ampollas o desgarros en la piel, no aparezcan inmediatamente, sino después de que el paciente regrese a casa. Por lo tanto, el seguimiento es esencial para monitorear los resultados y abordar cualquier problema.

 

7.   Mejorar la participación del paciente

Explicarle a los pacientes el propósito y los beneficios de los ejercicios de estiramiento con antelación puede ayudarlos a comprender su necesidad, lo que reduce el miedo o la resistencia. Si los terapeutas enseñan a los pacientes a realizar ejercicios de estiramiento por sí solos, las explicaciones detalladas pueden aumentar su disposición y su constancia en la práctica.

 

Mirando hacia el futuro

Estas son consideraciones clave para realizar ejercicios de estiramiento. Sin embargo, ¿Los ejercicios de estiramiento deben realizarse siempre de forma individual mediante terapia manual por parte de un terapeuta? En situaciones en las que la mano de obra es limitada, ¿Existen métodos alternativos para lograr los mismos efectos? En futuros artículos se presentarán formas de utilizar los equipos para facilitar ejercicios de estiramiento efectivos.

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