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Foto del escritorYu-Li SUNG

Decir adiós y dejar ir...Cómo ayudar a los pacientes a suspender de usar sus prendas de presión?

Lic. Yu-Li Sung, Directora,

Centro de Dispositivos Médicos de la Fundación Sunshine

 

Los terapeutas a menudo nos preguntan ¿Qué pueden hacer o qué pueden decir a los pacientes para convencerles para que sigan usando las prendas de presión? Seamos realistas, usar prendas de presión es un desafío: son incómodas, te hacen lucir muy llamativa y en verano o en climas tropicales pueden ser sofocantes y calientes.


Eventualmente, las cicatrices de nuestros pacientes madurarán y ya no necesitarán usar prendas. Pero a veces, después de lograr el cumplimiento, los terapeutas se enfrentan a un problema diferente: los pacientes se niegan a dejar de usar las prendas, aunque ya no las necesiten.


En esta publicación, discutiremos cómo el terapeuta puede ayudar a preparar a los pacientes en la transición de una nueva etapa, donde ya no necesitarán usar las prendas de presión y preparar a los pacientes a lidiar con las preocupaciones, la ansiedad y el miedo que pueden surgir cuando los pacientes tienen dificultades para dejar de usar las prendas de presión.


¿Por qué algunos pacientes son reacios a dejar de usar prendas de presión?

Para algunos pacientes, escuchar a su terapeuta decir que pueden suspender el uso de prendas de presión puede ser muy liberador, como si finalmente se hubieran graduado de la rehabilitación. Pero para algunos pacientes, decir adiós y dejar de usar la prenda de presión puede tener una carga emocional, simbólicamente se abre otro capítulo en su vida, el cual está lleno de nuevos desafíos e incertidumbres.


Aunque el terapeuta haya evaluado que las cicatrices han alcanzado la madurez y ya no hay riesgo de crecimiento hipertrófico, a algunos pacientes todavía les puede preocupar que si dejan de usar las prendas de presión sus cicatrices sigan creciendo. Otros pacientes pueden tener una sensación de protección y seguridad a través de las prendas de presión. Las prendas de presión no solo protegen la piel del medio ambiente exterior, sino que también cubren las cicatrices y las ocultan de la vista de los demás. Dejar de usar las prendas de presión implica revelar las cicatrices, lo que puede ser emocionalmente desafiante. Además, después de llevar las prendas durante muchos meses, incluso años, estas se han convertido en una segunda piel para los pacientes y forman parte de su rutina diaria.


Primero, determine que el uso de prendas de presión se puede suspender de manera segura.

Podemos suspender el uso de prendas de presión de manera segura cuando las cicatrices están maduras o casi maduras, lo que puede llevar de uno a dos años o incluso más. Aunque podemos utilizar el tiempo transcurrido desde la lesión como una referencia, pero debido a que la velocidad de maduración de la cicatriz de cada paciente es diferente, el terapeuta puede evaluar las cicatrices según los siguientes criterios:

  • Vascularidad: ¿Es el color de la cicatriz es parecido al color normal de la piel del paciente?

  • Altura: ¿La cicatriz se ve más plana?

  • Flexibilidad: ¿Es la cicatriz más suave? ¿Se puede pinzar y levantar fácilmente?


Otra cosa que el terapeuta y el paciente pueden observar es si la cicatriz permanece plana incluso cuando se retira la prenda de presión. Si la cicatriz aún está activa, tenderá a “rebotar” y a levantarse nuevamente después de que se hayan quitado las prendas de presión. Si la cicatriz ha madurado, la altura de la cicatriz permanecerá igual incluso después de quitarse la prenda de presión. El terapeuta puede animar al paciente a observar cómo se comportan sus cicatrices después de quitarse la prenda de presión a la hora de ducharse. ¿La cicatriz se mantiene plana o tiende a levantarse nuevamente?


Segundo, ayudar al paciente a prepararse mediante la reducción progresiva del uso

El paciente creó una rutina diaria de uso y cuidado de sus prendas de presión, pero ahora debe crear una nueva rutina de "quitarse las prendas de presión". Si en la evaluación el terapeuta encuentra que las cicatrices están cerca de la madurez, el paciente puede quitarse progresivamente las prendas de presión reduciendo así el número de horas de uso, a la mitad, serían aproximadamente 12 horas. El terapeuta puede hablar con el paciente sobre cuándo es el mejor momento para quitarse las prendas de presión, esto según la rutina diaria de cada paciente. Por ejemplo, si el paciente suele trabajar al aire libre y siente calor con las prendas de presión, puede quitárselas durante el día y ponérselas en casa durante la tarde y la noche. O en el caso de un niño, si a los padres les preocupa que el niño sea demasiado revoltoso y pueda lastimarse la piel, pueden dejar que el niño use las prendas de presión durante el día y quitarlas durante la tarde y la noche.


También puede considerar comenzar con la reducción del uso para un área específica o una prenda de presión específica y luego incluir progresivamente otras áreas/prendas de presión.


Es importante recordarle al paciente que debe observar de cerca cómo reaccionan las cicatrices a la reducción del tiempo de uso de la prenda de presión y también debemos programar un seguimiento con el paciente para controlar el estado de la cicatriz y ajustar la estrategia en consecuencia. Por ejemplo, puede discutir otra reducción del tiempo de uso sí parece que las cicatrices permanecen estables y no muestran signos de hipertrofia.


Tercero, comprender el origen de la ansiedad del paciente.

Las prendas de presión forman parte de la vida del paciente durante muchos meses, incluso muchos años. Se han convertido en una segunda piel, una capa protectora o incluso como una “armadura”. Si el paciente parece preocupado o ansioso porque dejará de usar las prendas de presión, el terapeuta puede analizar y discutir con el paciente cuál es el origen de su ansiedad y, juntos, identificar posibles estrategias para facilitar esta transición.


Por ejemplo, si el paciente tiene temor de que las cicatrices seguirán creciendo una vez que deje de usar las prendas de presión, el terapeuta puede explicar el proceso de maduración de la cicatriz y mostrarle el progreso que ha tenido con las fotografías de las cicatrices y los resultados de la evaluación de las cicatrices a lo largo del tiempo. Pruebas tangibles (por ej., mostrarle al paciente cómo las cicatrices según el puntaje en la Escala de Vancouver disminuyen con el tiempo como un signo de maduración de sus cicatrices) esto pueden ayudar al paciente a visualizar su progreso y disminuir su temor sobre el crecimiento de cicatrices hipertróficas.


Si el paciente no está listo para mostrar sus cicatrices y teme que una vez que se quite las prendas de presión todas las personas las noten, puede usar mangas largas o pantalones largos mientras tanto. Luego, el paciente puede intentar acostumbrarse progresivamente a mostrar sus cicatrices, usando una camisa de manga corta en casa por un tiempo corto, luego por un período más largo, seguido de períodos cortos al aire libre, y así sucesivamente. El paciente también puede preparar respuestas breves a posibles preguntas de personas curiosas o imaginar lo que haría en diferentes tipos de escenarios. Por ejemplo, el paciente puede decir: “Esta es una cicatriz de quemadura. Tuve un accidente. Lo más importante es practicar de manera progresiva.


Sin embargo, si las cicatrices causan problemas de imagen corporal que corren el riesgo de afectar el bienestar emocional del paciente o incluso el regreso a una vida normal, puede ser una buena idea alentar al paciente a que hable con un profesional del área de psicología.


Para resumir…

  • Asegúrese de que las cicatrices estén maduras o próximas a madurar antes de suspender el uso de prendas de presión, buscando signos específicos como vascularización/color, altura, flexibilidad y "rebote de la cicatriz".

  • Descontinúe el uso progresivamente, tanto en términos de incrementos de tiempo como en términos de área del cuerpo/prenda de presión.

  • La reducción del uso debe ir acompañada de un seguimiento para determinar cómo se debe ajustar el plan de prendas de presión (por ejemplo: ¿Continuar con la reducción del uso? ¿O posponer?)

  • Explique la reducción del uso de prendas de presión con el paciente y analice cualquier posible preocupación.

  • Si el paciente se siente ansioso, discuta el origen de su ansiedad y juntos identifiquen posibles estrategias.

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