Yu-Chieh TSENG, Terapeuta Ocupacional, Supervisora de Rehabilitación
Sunshine Social Welfare Foundation

Las cicatrices hipertróficas son un desafío común para los pacientes quemados y para los terapeutas de rehabilitación de quemaduras. Las cicatrices hipertróficas de quemaduras suelen comenzar a formarse entre 6 semanas y 3 meses después del cierre de la herida y pueden tardar años en madurar. Si bien la formación de cicatrices es una parte natural del proceso de curación, comprender los factores de riesgo para el desarrollo de cicatrices hipertróficas post quemaduras puede ayudar a los terapeutas a predecir y controlar su aparición de manera más eficaz.
En esta publicación, exploraremos los factores clave que influyen en el desarrollo de cicatrices hipertróficas, centrándonos en aquellos relacionados con la lesión por quemadura, los enfoques del tratamiento, las características individuales del paciente y los múltiples determinantes sociales que pueden afectar los resultados de las cicatrices.
Lesiones por quemaduras y factores de riesgo para el desarrollo de cicatrices hipertróficas post quemaduras
Varios aspectos de la lesión por quemadura y su tratamiento afectaran significativamente en el desarrollo de la cicatriz:
Tiempo de cierre de la herida: las quemaduras que tardan más de 14 días en sanar tienen una mayor probabilidad de convertirse en cicatrices hipertróficas. Un tiempo de curación prolongado aumentará la respuesta inflamatoria, que es un factor crítico o fundamental en la formación excesiva de tejido cicatricial. Puede leer más sobre la influencia temporal en el desarrollo de cicatrices hipertróficas por quemaduras aquí.
Profundidad de la quemadura: Las quemaduras que se extienden hasta la dermis, como las quemaduras profundas de espesor parcial y de espesor total, tienen más probabilidades de producir cicatrices hipertróficas. En estas quemaduras profundas, la capacidad de la piel para regenerarse se ve comprometida, los tejidos reparados se convierten en cicatrices.
Ubicación de la quemadura: Ciertas zonas del cuerpo son más propensas a sufrir cicatrices hipertróficas, sobre todo aquellas sometidas a mucha tensión o movimiento. Por ejemplo, las quemaduras que afectan las articulaciones, del cuello, las axilas, los antebrazos, las manos, el tronco, las rodillas, los tobillos o los pies, estas zonas por lo tanto exigen un seguimiento minucioso. Las cicatrices que cruzan articulaciones o los pliegues de la piel se enfrentan a fuerzas de tensión constantes, lo que aumentará el riesgo de hipertrofia.
Injerto de piel: El tipo de cirugía de injerto de piel que se utilice también influirá en el desarrollo de la cicatriz.
Injertos de Piel de Espesor Parcial (IPEP): Estos injertos pueden desarrollar cicatrices hipertróficas en la zona receptora. Debido a que no se extraen las estructuras dérmicas profundas, como los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, el IPEP es estéticamente y funcionalmente diferente de la piel normal. Además, algunos métodos comunes para expandir el IPEP (como el injerto de piel en malla o el injerto de piel en forma de sello postal) pueden formar posteriormente cicatrices hipertróficas. Además, los sitios donantes de donde se extraen repetidamente los IPEP también pueden ser propensos a la formación de cicatrices debido al trauma acumulativo de múltiples extracciones.
Injertos de Piel de Espesor Total (IPET): aunque un IPET incluye todas las capas de la epidermis y de la dermis, no estará sujeto a cicatrices en sí mismo, comúnmente se observará cicatrices hipertróficas en la línea de sutura de los IPET.
Factores de riesgo individuales
Los factores específicos de cada paciente también desempeñan un papel crucial en el desarrollo de cicatrices:
Edad : Los pacientes más jóvenes, en particular los niños, tienen más probabilidades de desarrollar cicatrices hipertróficas que los adultos mayores. Este mayor riesgo se atribuye a su fuerte regeneración de la piel: los pacientes más jóvenes producirán colágeno a un ritmo más rápido que los pacientes mayores, por lo que el crecimiento de las cicatrices será más rápido.
Genética y tipo de piel: La predisposición genética es un determinante importante [1]. Las personas con tonos de piel más oscura tienen un mayor riesgo de desarrollar cicatrices hipertróficas y queloides.
Determinantes sociales y su impacto en los resultados de las cicatrices
La hipertrofia de la cicatriz es una respuesta fisiológica inevitable a una lesión de los tejidos profundos, y el riesgo está determinado en gran medida por factores como la gravedad de la quemadura, el tiempo de cicatrización de la herida y las características individuales de cada paciente. Sin embargo, es importante reconocer que el desarrollo de la hipertrofia de la cicatriz y su manejo pueden verse significativamente influenciados por determinantes sociales que darán forma al resultado general de la rehabilitación.
Como se destaca en la investigación de Fanstone y Price sobre los factores de riesgo de contractura por quemaduras en países de ingresos bajos y medianos (LMICs) [2], los determinantes sociales como el acceso limitado a la atención médica, la pobreza y los recursos de rehabilitación inadecuados exacerban el riesgo de malos resultados. Sus hallazgos enfatizan que estas barreras sistémicas a menudo agravan los desafíos del manejo eficaz de las cicatrices.
Los determinantes sociales no deben pasarse por alto, ya que inciden en el acceso a un tratamiento oportuno, la adherencia a los protocolos de manejo de cicatrices y los recursos disponibles para una curación óptima.
Acceso a la atención médica: el acceso limitado a centros de quemados o atención especializada en la etapa inicial puede retrasar el cierre de la herida, lo que aumenta el riesgo de desarrollo de cicatrices hipertróficas en el futuro. La falta de herramientas esenciales para el tratamiento de las cicatrices, como prendas de compresión o láminas de silicona, complica el proceso de tratamiento de las cicatrices más adelante.
Situación socioeconómica: las limitaciones económicas pueden limitar el acceso a intervenciones necesarias, como la terapia de presión o los cuidados de seguimiento. La desnutrición, a menudo vinculada a la inseguridad alimentaria, puede afectar la cicatrización de heridas y, por extensión, la formación de cicatrices. El entorno vital también influye. Por ejemplo, vivir en un apartamento sofocante sin aire acondicionado puede afectar al cumplimiento del programa de uso de la prenda de presión.
Educación y concientización: los pacientes y los familiares con un nivel bajo de alfabetización pueden tener dificultades para comprender, recordar y seguir los planes de tratamiento, lo que afecta su capacidad para tratar las cicatrices de manera eficaz. A veces, las creencias culturales o los conceptos erróneos sobre las cicatrices y los tratamientos pueden dar lugar a una atención inconsistente o inadecuada.
Factores psicosociales : el estrés, la ansiedad o la depresión, así como la falta de apoyo familiar o comunitario, pueden dificultar la adherencia a los protocolos de manejo de cicatrices.
Implicaciones para los terapeutas de rehabilitación de quemaduras
Al comprender los factores de riesgo para el desarrollo de cicatrices hipertróficas, incluidos los determinantes sociales, los terapeutas de rehabilitación de quemaduras pueden anticipar los desafíos y desarrollar estrategias de atención integral. Este enfoque podría incluir:
Identificación temprana de pacientes de alto riesgo para una intervención oportuna.
Programas educativos personalizados para mejorar la adherencia al tratamiento.
Colaboraciones con trabajadores sociales o programas de salud comunitarios para abordar barreras como el acceso y la asequibilidad.
Las cicatrices hipertróficas son más que una simple preocupación médica: están influenciadas por una compleja interacción de factores biológicos, ambientales y sociales. Los terapeutas que adoptan un enfoque integral para el tratamiento de las cicatrices pueden mejorar significativamente los resultados para los sobrevivientes de quemaduras.
Referencias:
[1] Thompson, C. M., Hocking, A. M., Honari, S., Muffley, L. A., Ga, M., & Gibran, N. S. (2013). Genetic risk factors for hypertrophic scar development. Journal of burn care & research : official publication of the American Burn Association, 34(5), 477–482.
[2] Fanstone, R., Price, P. (2024). Burn contracture risk factors and measurement in low-middle income countries: A clinical perspective, Burns, Volume 50, Issue 2, Pages 466-473
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